Estas fueron las primeras fotos que hice al volver a Madrid, barrio de Tetuán.
Arquitecturas, clases sociales, momentos históricos, velocidades, se me presentan como una colección de acetatos, de capas de realidad, que no se mezclan, solo se superponen en una suerte de perspectiva medieval, collage vivo cargado de contrastes.
La coexistencia de realidades diversas, que a diario pasa desapercibida, camuflada dentro del paquete de lo cotidiano, queda reveladada al simple click de una camara digital.
La imagen del cartonero, el autentico y genuino reciclador de papel,...[] VER ESTA FOTO EN GOOGLE MAPS
relegado a la marginalidad, como un fantasma de apariencia anacrónica que flota sobre la conciencia colectiva, sin saber él mismo, ni probablemente nadie, que él es el abanderado del medioambiente, un servidor a las causas más justas de la humanidad, sobre todo un hombre moderno de pleno derecho, un modelo a seguir.
Me pregunto qué pensará este señor sobre la fiebre del reciclaje, la multiplicación de los contenedores de todos los colores y formas, que solo sirven para encerrar, lo que para él es su materia prima, su forma de vida, que sabe hacer de un servicio un negocio, y que sobre todo... no cobra tasas de basura!
yo te puedo decir lo que pensó una tarde de último jueves de mes cuando se cruzó con las hordas bárbaras de la bici-crítica... ;)
ResponderEliminarEl Ayuntamiento de Madrid considera que esos cartones y papeles que los cartoneros se llevan les pertenecen y, por tanto los están robando. Es curioso todo esto, ya que el ciudadano que deja el desperdicio en la calle, que ya paga un impuesto para que se los lleven, se entiende que sería el "propietario", pero para el Ayuntamiento, en el momento de abandonarlo, lo asume como propio. Luego lo "vende" a la empresa recicladora y todos ganan. Todos, menos el que se busca la vida recogiéndolo "ilegalmente"...
ResponderEliminarSobre el viejo asunto de los traperos y basureros del antiguo Madrid, entonces absolutamente necesarios, dejo un enlace de URBAN IDADE:
http://urbancidades.wordpress.com/2009/10/02/traperos-de-madrid/
Un saludo,
Enrique.