Es un callejón que nace en la calle Algodonales.
Al fondo se consevan un par de casas bajas, y los restos de otras.
Cuando llegamos, empezaba a dar un solecito caliente, los gatos se echaban la siesta, posicionados estrátegicamente.
Al vorvernos para atrás pudimos contemplar un ambiente bien diferente, un callejón oscuro que acumulaba todo el aire frio de la tarde... un gato encerrado, tras una ventana, nos observa partir, encorvados por el frio.
Regreso al futuro tan sólo girando 180°
Gracias a Eguzqui que nos sugirió pasar por allí!
Al fondo se consevan un par de casas bajas, y los restos de otras.
Cuando llegamos, empezaba a dar un solecito caliente, los gatos se echaban la siesta, posicionados estrátegicamente.
Al vorvernos para atrás pudimos contemplar un ambiente bien diferente, un callejón oscuro que acumulaba todo el aire frio de la tarde... un gato encerrado, tras una ventana, nos observa partir, encorvados por el frio.
Regreso al futuro tan sólo girando 180°
Gracias a Eguzqui que nos sugirió pasar por allí!
No me ha quedado claro cuál es el callejón frío y cuál el caliente
ResponderEliminarSólo hay un callejón, la fotos están tomadas desde el mismo punto, una mirando al fondo y otra a la salida.
ResponderEliminarEn el fondo, donde las casitas, el sol calentaba, habia un ambiente muy primaveral.
Sin embargo, donde estaban los bloques de viviendas, el callejón se convertía en un lugar duro, oscuro y frío.
LLamaba poderosamente la atención como cambiaba el ambientillo en tan solo unos metros...
dónde las casitas, apetecía quedarse un rato al sol, habia vegetación, y la placidez de los gatos al calentito impregnaba el ambiente.
Ahora me queda claro. ¡Qué ojo! Estás captando las pequeñas cosas de Tetuán y haciéndolas grandes, grandes por únicas, bellas, personales. Un abrazo,
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